En Notimundo al Día, Fernando Sancho, veedor del Metro de Quito, explicó que la serie de inconvenientes que se vienen presentando hasta el momento en la operación comercial del sistema de transporte responde a que las pruebas no se desarrollaron de forma adecuada. Alertó, además, que podrían producirse eventos de alto riesgo, ante la falta de protocolos para resolver los problemas que se generen.
Sancho insistió en que continúan las falencias detectadas desde un inicio, con la falta de sistemas de comunicación, protocolos de seguridad, señalización, entre otros, por lo que el anuncio hecho por el alcalde electo de Quito, Pabel Muñoz, acerca de la evaluación para suspender las operaciones temporalmente es pertinente y adecuado.
Asimismo, saludó la voluntad de algunos concejales que entrarán en funciones el 14 de mayo, sobre fiscalizar la obra y que las administraciones que han estado a cargo respondan ante la justicia y la ciudadanía.
Por ello, compartió la idea de que la operación comercial debe suspenderse mientras se afinan estos detalles y se garantiza la seguridad de los usuarios. Es que las condiciones no son las óptimas para que el Metro sirva a la población capitalina, añadió Sancho, porque todavía existen fallas -incluso- en las escaleras eléctricas de las estaciones, que no estarían funcionando debido a la falta de seguro.
Para Sancho, se debió llevar a cabo la denominada ‘marcha blanca’, que consiste en poner a rodar todos los trenes, con carga completa, por lo menos durante 60 días. Pero sin esa fase, ahora «el Metro es un sistema de transporte de alto riesgo», apuntó.
Lo curioso, agregó el veedor, es que todas estas falencias fueron advertidas durante varios años y las autoridades hicieron caso omiso de las recomendaciones. Esto se debe a que Efraín Bastidas, actual gerente general del Metro de Quito, «atropelló» los procedimientos desde un inicio, indicó Sancho, por lo que ahora los errores están pasando la factura a la ciudad.
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