Tras cumplir una agenda intensa en Guayaquil, el Presidente de la República, Rafael Correa, mencionó que el proceso político ecuatoriano que lidera cuenta con un respaldo popular del 60 por ciento. Por el contrario, enfatizó en que las supuestas unidades que genera la oposición giran alrededor del odio que sostienen estos sectores por la tarea que ha cumplido su Gobierno.

El Ciudadano

A criterio del Primer Mandatario, la realidad política que vive el Ecuador ha cambiado drásticamente en la última década, lo que se refleja en la dispersión de las alianzas que generan las diferentes vertientes políticas por tratar de arremeter en contra de los logros alcanzados por la revolución.

“¿Pueden creer que después de ocho años, Ramiro González se dé cuenta de que somos un mal Gobierno? Son los oportunistas, los diletantes eternos de la política. Pero no sale en los periódicos, solo sale el traidor que se va”, señaló el Presidente Rafael Correa.

A propósito de las recientes alianzas que teje la oposición, el Jefe de Estado mencionó que “lo único que les mantiene pegado con saliva es el odio a Correa”. Se refirió a la articulación que mantiene el prefecto de Zamora Chinchipe, Salvador Quishpe, con el candidato de CREO, Guillermo Lasso, y los vínculos entre el denominado Acuerdo por el Cambio y Unidad Popular.

“Qué bueno que se candidaticen, así la ciudadanía concientiza sobre el daño que le han hecho a la salud, a la educación y al país”, resaltó el Primer Mandatario.

En otro tema, respecto a la negociación del Acuerdo Multipartes con la Unión Europea (UE), el Jefe de Estado mencionó que se prevé su firma para abril de 2017. El acuerdo beneficiará el sector externo de la economía nacional y permitirá sostener las exportaciones ecuatorianas.

Además rechazó el libre comercio que ha servido como un instrumento por parte de las economías desarrolladas para sostener sus niveles de competitividad. Al respecto, el Presidente Rafael Correa mencionó que el eslabón más débil de la economía es el sector externo. “Hay gente que quiere perder la política comercial, eso sería un suicidio. Por eso hemos sido muy cuidadosos al negociar el acuerdo comercial”.