Las emergencias médicas por problemas respiratorios fueron las más frecuentes durante los 18 días de manifestaciones en la capital. Gustavo Morales, director del hospital del Día de la Universidad Central, destacó casos de neumonía causados por el “hacinamiento” en que se encontraban los protestantes y el covid-19. 

Crédito: Twitter Cruz Roja Ecuatoriana.

Las emergencias médicas por problemas respiratorios fueron las más frecuentes durante los 18 días de manifestaciones en la capital. Gustavo Morales, director del hospital del Día de la Universidad Central, destacó casos de neumonía causados por el “hacinamiento” en que se encontraban los protestantes y el covid-19.

A diario en este servicio atendieron hasta 450 personas por diferentes malestares, en las carpas donadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Contaron con 12 profesionales, estudiantes de medicina, psicología y odontología para cubrir la demanda de atención.

A este sitio llegaron heridos de bala, perdigones y objetos contundentes, señaló Morales. También atendieron casos de lesiones por caídas y torceduras de tobillo. El 80% de niños atendidos padecían de desnutrición crónica.

Marlon Toapanta fue paciente de una de estas brigadas médicas. Él llegó desde Bolívar el pasado lunes 20 de junio, pero el sábado 25 sufrió una caída.

“La Policía bombardeó (con gas lacrimógeno) y por correr me caí en el filo de la vereda”, contó este hombre de 41 años. Su herida no era profunda, pero requirió limpieza y analgésicos para el dolor.

19 pacientes por día

De acuerdo con los registros del ECU 911, las emergencias sanitarias en Quito sumaron 284, entre el 13 y 28 de junio. Es decir, un promedio de 19 pacientes por día. Esta cantidad es 12% menor que las atendidas en el paro de octubre de 2019, en el que fueron 323.

Para el bombero Damián Naranjo, las jornadas de protesta fueron como “el diario vivir” de su trabajo. Aunque consideró que las manifestaciones ocurrieron con menos violencia que las de 2019.

Con más frecuencia evacuaron a manifestantes por asfixia. Los equipos de auxilio eran de seis profesionales: dos paramédicos y cuatro rescatistas que trabajaron en jornadas de 24 horas.

“Siempre hubo espacio para que los paramédicos ingresemos” al epicentro de las manifestaciones, admitió Naranjo. Las estaciones de Bomberos de Pifo, Nanegalito, Guayllabamba y Nono cerraron sus puertas, según el bombero.

Para Zoila Chin, de 37 años, el peor momento fue durante el desalojo de la Casa de la Cultura, el 24 de junio. Ella dijo que estaba manifestándose en paz junto a otras coterráneas de Chimborazo.

En el grupo de 12 personas, recordó, tenían a la mano hojas de eucalipto y ramas para encender y mitigar los efectos del gas. Un comunero vecino quedó aturdido y lo trasladaron en hombros hasta la esquina de la Contraloría, en el sector de El Arbolito.

Ahí un grupo de paramédicos lo atendieron y llevaron unas cuantas cuadras más lejos. Le lavaron el rostro con solución salina y colocaron oxígeno por unos minutos.

Otros equipos de rescate fueron los de la Cruz Roja, que incluyeron desde 15 a 40 personas. Su labor se duplicó: en 2019 atendieron a 55 personas y este junio alcanzaron a 113, indicaron.

Según informó el paramédico David Alarcón, los primeros días fueron tranquilos “porque los manifestantes eran locales, estudiantes y de organizaciones”. El escenario se volvió más violento con la llegada de los indígenas.

Entre las emergencias más atendidas se destacaron las heridas por objetos contundentes, los golpes y la asfixia. No tuvieron heridos de gravedad ni por impacto de balas o de perdigones.

El personal y voluntarios se concentraron en atención prehospitalaria, apoyo psicosocial y restablecimiento del contacto familiar (cuatro niños extraviados).

María Dolores Ponce, presidente de la Junta Provincial de Pichincha de la Cruz Roja, aseguró que los niveles de violencia no se comparan con los del último paro.

Esta vez ninguna ambulancia resultó con daños mayores y su personal no fue lastimado.

Sin embargo, de acuerdo con las cifras del Ministerio de Salud, al menos 11 vehículos de emergencia fueron atacados.

Fuente: El Comercio – Nota original: LINK