Ubicado en la provincia amazónica de Morona Santiago, el Sangay, de 5.230 metros sobre el nivel del mar, «presenta evidencias de haber comenzado una nueva fase eruptiva este 26 de marzo«, informó el IG.
Un reporte del sistema de vigilancia volcánica de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) advierte de una «alerta de emisión de ceniza» del Sangay.
Esta información fue corroborada por la «señal de explosión» registrada por una «estación multiparamétrica» instalada en el flanco oeste de la montaña, precisó un informe especial del IG.
La ceniza expulsada, al tratarse de una pequeña explosión, se depositó en zonas vecinas ubicadas en el suroeste de la montaña.
No obstante, «esto representa una potencial amenaza para la gente que frecuenta las zonas aledañas al volcán, especialmente para quienes deciden ascender a la cumbre del mismo«, agregó el informe.
Por ello y ante la posibilidad de que el Sangay haya comenzado una nueva fase eruptiva, el Instituto Geofísico recomendó «no ascender por ningún motivo al cráter» o por los flancos en la zona alta del volcán.
Recordó también la última fase eruptiva del coloso que tuvo una duración de 4 meses, entre el 8 de agosto y el 7 de diciembre del año pasado.
Esta actividad se caracterizó entonces por la emisión de columnas de ceniza de hasta 2,5 kilómetros sobre el nivel del cráter, que incluso provocaron una pequeña caída de ceniza en la ciudad portuaria de Guayaquil el pasado 18 de septiembre.
Además, en ese pulso se observaron flujos de lava y de piroclastos (rocas candentes) que descendieron por los flancos del volcán, sin causar efectos graves al estar situado en una región despoblada.
El Sangay forma parte del medio centenar de volcanes que se levantan en el país y junto al Reventador, así como a otros en las Islas Galápagos, se encuentra entre los más activos.
Fuente: EFE, aliado estratégico de FM Mundo