El presidente ucraniano exige indemnizaciones para las víctimas. Irán asegura que juzgará a los responsables. Francia coopera en la investigación.

Créditos: El Telégrafo.

Una pareja de recién casados y una niña de nueve años junto con su madre se encontraban entre las 176 personas que murieron en el accidente fatal de un vuelo de Ukraine International Airlines poco después del despegue de Teherán, el miércoles 8 de enero de 2020.

El avión se dirigía primero a Kiev, Ucrania, donde la mayoría de los pasajeros, más de 130, iban a cambiar de avión para dirigirse a Canadá. Entre las víctimas había 63 ciudadanos canadienses y 82 iraníes, muchos de los cuales eran estudiantes graduados en Occidente. Otras víctimas eran de Ucrania, Suecia, Afganistán, Alemania y el Reino Unido.

Sus vidas fueron cegadas por “un error” desastroso. Las mismas fuerzas armadas iraníes confirmaron las informaciones de los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Canadá y admitieron que uno de sus misiles de la defensa antiaérea causó la caída del Boeing 737 y la muerte de sus 176 ocupantes.

El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica indicó que el ejército había estado en alerta máxima después de lanzar los ataques contra dos bases que albergan tropas estadounidenses en Irak como represalia por el asesinato del principal general Qassem Soleimani por parte de Estados Unidos.

En una sesión informativa para periodistas, Ukraine International Airlines negó la versión de Irán y dijo que no recibió ninguna advertencia sobre una posible amenaza y agregó que Irán debería haber cerrado el espacio aéreo.

Fuente: El Telégrafo, nota original aquí: LINK