El terremoto de magnitud 7,1 que sacudió a California el pasado viernes 5 de julio, también abrió una grieta en la tierra.
Cuando el temblor comenzó, muchos se apresuraron a cubrirse. Fue el segundo terremoto fuerte en golpear el área en menos de 48 horas.
El daño inmediato que causó fue muy claro. En las tiendas había botellas rotas y el líquido de latas que explotaron cubrían los pisos y otros artículos que habían estado colgados en las paredes se habían derrumbado.
Cuando salió el sol al día siguiente, también quedó claro que la topografía del área había cambiado.
Las imágenes de satélite muestran que se ha formado una grieta en el área cercana al epicentro.
La grieta extensa se extiende a cierta distancia de un área que aparentemente contenía agua antes. Los patrones de erosión en la arena del desierto indican que parte de esa agua fue succionada.
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La imagen de satélite no es la única evidencia de que la topografía de la región fue cambiada por el terremoto.
Una carretera cercana ahora está cerrada después de que los temblores agrietaran y movieran secciones de la carretera.
Fuente: CNN, aliado estratégico de FM Mundo