Las autoridades reconocieron las falencias en la orientación que reciben los estudiantes a la hora de elegir una carrera. Una de las reformas establecerá cursos preuniversitarios para guiarlos.

El Ciudadano

Luis Salazar se graduó de bachiller en 2014. Antes de sentir afinidad por el diseño gráfico cursó dos semestres de psicología. Según el universitario, la falta de una adecuada orientación vocacional le impidió acertar en su profesión. Previamente a culminar el segundo semestre de la primera carrera en la que se matriculó, desertó.

En Ecuador, el abandono de la educación universitaria, a escala regional, alcanza tasas que bordean el 40%. El dato, de 2014, proviene de un estudio publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). En 2016, la organización internacional informó que la cifra sigue vigente, pues el problema persiste.

Con el objetivo de tratar este y otros temas relacionados al acceso y formación de tercer nivel, 36 rectores de las universidades del país se reunieron con las autoridades educativas y los representantes de los estudiantes, en el marco del Diálogo Nacional por la Educación, un pedido del presidente Lenín Moreno.

Augusto Barrera, titular de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), Fander Falconí, ministro de Educación, y el asambleísta Augusto Espinosa, presidente de la Mesa de Educación del Legislativo, concordaron en que existen falencias en la orientación vocacional de los secundarios.

De acuerdo con la Senescyt, del 100% de jóvenes que postulan para la ‘U’, el 70% se inscribe en cinco opciones de diferentes áreas de conocimiento. Por ejemplo: cada uno escoge como primera opción medicina; como segunda, periodismo; y tercera, una ingeniería. “Este es un problema de orientación vocacional”, expresó Barrera. Como una medida para combatir esa situación, la Comisión de Educación acordó solicitar un certificado de orientación vocacional del plantel educativo de donde proviene el estudiante. No será vinculante.

Este es uno de los planteamientos que consta en las reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES). El documento ya fue aprobado para primer debate en la mesa legislativa. Sin embargo, el texto sigue en construcción.

Fuente: El Telégrafo