Patricia Motes, directora de Vulcanolgía del Instituto Geofísico (IG), en entrevista en Notimundo al Día con Ernesto Noboa, manifestó que el volcán Tungurahua actualmente se encuentra en un estado de preparación para generar una erupción, y se llega a esta conclusión porque la actividad sísmica interna del coloso ha aumentado en las últimas semanas.

FOTO: IG

Patricia Motes, directora de Vulcanolgía del Instituto Geofísico (IG), en entrevista en Notimundo al Día con Ernesto Noboa, manifestó que el volcán Tungurahua actualmente se encuentra en un estado de preparación para generar una erupción, y se llega a esta conclusión porque la actividad sísmica interna del coloso ha aumentado en las últimas semanas, al igual que los episodios de tremor en zonas cercanas al cráter. «Hay un escenario eruptivo probable debido, además, a la ausencia de emisiones de gas, las que indicarían que el conducto del cráter se encuentra cerrado luego de la erupción de febrero-marzo 2016», dijo.

Motes señaló, además, que desde el IG estiman que la reactivación del Tungurahua sería de corto a inmediato plazo, es decir dentro de unas semanas. «Es posible nuevamente dos escenarios eruptivos potenciales, una reactivación rápida, de estilo vulcaniano, con una gran columna eruptiva y flujos piroclástico, y una reactivación paulatina, de estilo estromboliano, con explosiones moderadas y caídas de ceniza principalmente», comentó la experta, quien añadió que en el primer escenario se podría producir una apertura rápida del conducto con explosiones moderadas a grandes parecidas a las de mayo de 2010, de julio de 2013, y abril de 2014.

Mientras tanto, en el segundo escenario, según el IG, el proceso eruptivo podría durar varias semanas hasta algunos meses, y se podría observar explosiones pequeñas a moderadas, fuentes de lava y columnas continúas de ceniza de menos de 6 km sobre el nivel del cráter. «El principal fenómeno sería las caídas de ceniza, moderadas a fuertes, las cuales afectarían principalmente a la zona occidental del volcán y flujos piroclásticos pequeños podrían alcanzar una distancia de 2,5 km desde el cráter. Lahares secundarios pequeños se podrían formar debido a la removilización del material eruptivo por lluvia», destacó.