El cantón El Pangui, en la provincia de Zamora Chinchipe, se encuentra en estado de emergencia debido a las fuertes lluvias ocurridas la noche del miércoles 24 de octubre, que causaron el colapso total del puente sobre la quebrada Cayamatza, en la vía El Pangui -Chuchumbletza.

El Telégrafo

El Municipio informó que producto de este desastre natural, se han quedado incomunicada la población de El Pangui con las parroquias de El Guismi, Tundayme, Chuchumbletza y más sectores incluida la provincia de Morona Santiago.

El fuerte invierno causo además, graves daños en la captación y red del sistema agua que abastece a toda la ciudad, dejando sin servicio del líquido vital. Además, la vía se encuentra inhabilitada para los transeúntes y conductores que se trasladaban de Zamora a Chuchumbletaza y viceversa. La situación también obligó la suspensión de actividades escolares en la Unidad Educativa Arutam.

De acuerdo con información proporcionada por el Servicio Integrado de Seguridad ECU 911, de momento no se reportan personas heridas. Personal de respuesta levanta información de las afectaciones. Franco Salinas, gobernador de Zamora Chinchipe, informó a través de su cuenta de Twitter que se activaron los protocolos de emergencia con la Secretaría de Gestión de Riesgos y Seguridad a través del COE Provincial.

La Unidad de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario, se encuentra trabajando intensamente para restablecer el servicio en el menor tiempo posible. Herrera, alcalde del cantón, recorrió los lugares afectados e inmediatamente dispuso todo el apoyo y contingente necesario en cuanto a maquinaria y personal municipal, para habilitar un paso provisional y dar solución inmediata las transito vehicular.

El Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) emitió un comunicado mediante el cual anunció que desde la provincia de Chimborazo se trasladará un puente metálico tipo Bailey que será colocado en lugar de la estructura caída y se están evaluando rutas alternas para normalizar el paso de los ciudadanos y vehículos.

Fuente: El Telégrafo – Nota origina: LINK