La convulsionada política ecuatoriana parece estar cada vez más cerca de un quiebre definitivo, si no se toman acciones urgentes para tender puentes y enderezar caminos. Del lado del Gobierno y la Asamblea Nacional se asegura que está vigente la disposición al diálogo, sin embargo, no se define hasta dónde están dispuestos a ceder para lograr la añorada estabilidad y gobernabilidad.

En Decisiones con Jorge Ortiz, Diego Ordóñez, consejero presidencial, aseguró que desde la presidencia se mantiene la política del encuentro y diálogo, pese a las evidentes diferencias que existen con el Legislativo.  A su criterio, lo que se vive hoy es producto de agendas personales y partidistas que no permiten avanzar en políticas que beneficien al país.

Ordóñez rechazo las especulaciones que afirman que la designación de Francisco Jiménez como ministro de Gobierno responden a la búsqueda de impunidad para los correístas. Recordó que, junto con el presidente Guillermo Lasso, desde «el primer día» se hizo frente al exmandatario; No obstante, resaltó que es fundamental que desde la Presidencia se mantenga siempre la posibilidad de conversar, cuidando las líneas rojas que no se pueden cruzar.

De igual forma, reconoció la debilidad del oficialismo al interior de la Asamblea, pero aseguró que su fortaleza está en la consolidación de un Gobierno que busca solucionar problemas y no agravarlos.

Para Dalton Bacigalupo, asambleísta por la Izquierda Democrática (ID), las estrategias de su tienda política no responden a intereses partidistas con el correísmo, sino por el contrario, han buscado garantizar la gobernabilidad y estabilidad política en el país. Por el bien de la ciudadanía, dijo Bacigalupo, se está buscando «virar la página» de los roces con el Gobierno, pero también se busca cumplir con el debido proceso en cuestiones como la evaluación a los miembros del Consejo de Administración Legislativa.

De igual forma, hizo énfasis en que la actual presidenta del parlamento, Guadalupe Llori, debe renunciar a sus funciones y permitir que Virgilo Saquicela, vicepresidente, sea quien asuma la primera magistratura de ese poder del Estado.

Bacigalupo manifestó que hay un ambiente de insatisfacción en la ciudadanía frente a las propuestas del Ejecutivo, como la generación de empleos, que podría ser subsanado con una consulta popular donde se incluyan estas reformas y que no tengan que pasar por la legislatura.

Rechazó rotundamente que la bancada legislativa de la ID esté aliada o busque pactos con el correísmo y recordó que en su momento apoyaron al movimiento oficialista. Por el contrario, enfatizó en que la intención de la bancada continuará siendo propositiva y colaborativa con el Gobierno, superando incluso las acusaciones que hizo Lasso en contra el líder del partido y expresidenciable, Xavier Hervas.

De su lado, Arturo Moscoso, analista político, se mostró escéptico en los puentes que se puedan establecer con bancadas como la correísta, pues advirtió que lo que busca su agenda es el «bloqueo y la desestabilización para hacerse con el poder lo antes posible». A su parecer, la designación de Francisco Jiménez responde, en cierta parte, a la búsqueda de consensos mínimos con esa tienda política.

Moscoso saludó la intención de tender puentes de diálogo, pero justificó su desconfianza asegurando que la conducta y proceder del bloque correísta son antidemocráticos.

De igual forma, recordó que desde la Asamblea no se han planteado alternativas o propuestas para ayudar a la gobernabilidad, sino que se han dedicado a rechazar las iniciativas que enviadas desde el Ejecutivo. Aseguró también el pacto entre correístas y socialcristianos siempre existió, pero que ahora se lo ha hecho más evidente porque persiguen los mismos intereses.

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