El accidente ocurrió el miércoles a las 13.35 hora local (18.35 GMT) cuando, en medio de las labores de excavación, se produjo el derrumbe de un túnel, que ocasionó una inundación de tres pozos de la mina El Pinabete.
Desde entonces los mineros permanecen incomunicados.
Más de 300 soldados y seis buzos militares se han sumado a los esfuerzos para liberar a los mineros, mientras que otros profesionales les dan apoyo logístico, médico y psicológico a las familias.
Este domingo, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que visitará la zona donde los esfuerzos de rescate se han doblegado.
«Voy para allá a ver cómo está el rescate», declaró el mandatario a medios locales, después de que el sábado había manifestado que estaba esperanzado.
AFP reportó el sábado que el agua dentro de la mina inundada había retrocedido poco y que los buzos no habían podido ingresar.
El mismo día López Obrador había escrito en su cuenta de Twitter que «se sigue trabajando día y noche en el rescate de los mineros».
«El principal problema es la inundación, aunque los equipos de bombeo son suficientes y de la mayor capacidad».
«Un estruendo»
Testimonos de gente en la zona, indican que algunos mineros lograron escapar la inundiación.
«Cuentan que oyeron un estruendo abajo, en los pozos, salió mucho aire y empezaron a correr», narró Sergio Martínez Valdés, hermano de uno de los mineros.
«En ese momento, todos sus amigos corren a la boca del pozo a ver qué era lo que estaba pasando y se dan cuenta de que los compañeros están gritando de abajo».
«Les tienden una cuerda hacia abajo y lograron rescatar a cinco mineros con cuerda, a pura mano. Mi hermano no logró llegar ahí».
«Es que son tirantes de agua, de 20, 30 metros y 40 de profundidad».
Todo apuntaría a que el agua proviene de «otra mina conjunta, cerca, abandonada».
La oficina del fiscal de Coahuila dijo que entrevistó a los cinco trabajadores que lograron escapar de la mina.
«Al parecer fueron expulsados por un torrente de agua», dijo a la prensa el fiscal general de Coahuila, Gerardo Márquez, y agregó que su oficina solicitó información al propietario del terreno y al titular de la concesión de la mina, pero no los nombró.
«Da tristeza»
Cecilia Cruz le contó a la agencia de noticias Reuters que había escuchado por décadas de accidentes de este tipo en Coahuila antes del derrumbe que dejó atrapado a su sobrino, Sergio Cruz, de 42 años.
Indicó que pese al cansancio y la desesperación, tienen «un poquito de esperanza».
Samuel Fernando Samaniego, un exminero, contó las difíciles circunstancias que enfrentan muchos mineros.
«Ellos se dan cuenta de que no hay seguridad ni las condiciones necesarias para trabajar libres de algún accidente, pero lo hacen. Me tocó verlo y da tristeza, pero como en este caso, en Ranchería, como en otros pozos que ha pasado, muchas veces es falta de seguridad y de trabajar bajo condiciones que no son propias», indicó.
BBC Mundo