No solo los fondos del narcotráfico estarían permeando en las campañas electorales, sino también recursos lícitos de interesados en ganar favores o privilegios por parte de las autoridades. En Notimundo al Día, Luis Córdova, experto en Seguridad e investigador del programa Orden, Conflicto y Violencia, alertó que en Ecuador no existe un control riguroso para garantizar la legalidad de los fondos que se invierten de cara a los comicios electorales.

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En Notimundo al Día, Luis Córdova, experto en Seguridad e investigador del programa Orden, Conflicto y Violencia, precisó que el crimen organizado abarca más aristas que el narcotráfico y que, aunque esta sea la economía criminal que más dinero mueve debido a dimensión del mercado a nivel regional y mundial, existen muchas otras en Ecuador.

Explicó que el financiamiento de las campañas electorales no proviene únicamente de fondos ilícitos, sino también de los lícitos, por parte de quienes pretenden cooptar gobiernos seccionales para mantener o generar privilegios. Añadió que en el país hay cantones que son vulnerables al crimen organizado, sobre todo los que se encuentran en zona de frontera o que cuentan con puertos, como San Lorenzo en la provincia de Esmeraldas.

Córdova señaló que, en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, por ejemplo, uno de los mayores problemas ambientales es la contaminación de los ríos, que, precisamente, se debe a la agroindustria, la cual ha financiado y continúa financiando a los candidatos. En Quito, el financiamiento a figuras políticas se ha dado por parte de las empresas inmobiliarias, «que construyen en donde les da la gana sin que ningún Municipio les controle».

Para el experto, muchos atentados criminales no se dan precisamente por grupos del narcotráfico, sino por parte de estructuras «pandilleriles» que se disputan el control de un servicio criminal básico: protección a través del sicariato. Pero todo esto pasa por las deficientes reglas electorales que rigen en el país, pues el control del financiamiento de las campañas no se lo hace de forma rigurosa. El control de gasto electoral se lo hace solo en medios convencionales, dejando las puertas abiertas para que en redes sociales se destinen grandes cantidades de dinero del cual su origen no ha siempre es justificado. «Ese es un boquete abierto en donde un grupo inmobiliario o una agroindustria interesada en la tala ilegal de bosques, pueda financiar una campaña«, alertó.

«En Ecuador estamos viendo un enorme cinismo por parte de la élite política, al tratar de endilgar solo a los narcotraficantes el financiamiento de las campañas; aquí hay complicidad con los grandes capitales», denunció Córdova.

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