El asesinato de un policía en Esmeraldas, a manos de dos niños, de 11 y 13 años, causó conmoción en la sociedad, que mira absorta cómo las bandas criminales reclutan a menores de edad para cometer delitos. En Notimundo al Día, Pablo Coloma, especialista en Justicia Penal Infantil, consideró que el cambio que se requiere va más allá de reformas legales, pues se requiere trabajar, principalmente, en la prevención.

Foto: Archivo / Policía

En Notimundo al Día, Pablo Coloma, especialista en Justicia Penal Infantil, explicó que el problema del reclutamiento de niños y adolescentes en bandas criminales responde a un problema estructural, que va más allá de reformas jurídicas y legislativas, sino que responde a la falta, principalmente, de prevención.

En Ecuador, la Constitución establece que los niños, niñas y adolescentes están sujetos a una legislación y administración de justicia especializadas, lo que hace que cuando se cometen delitos se los juzga en el marco del derecho penal juvenil, que se regula en el Código de la Niñez y Adolescencia, el cual a su vez se complementa con el Código Orgánico Integral Penal (COIP), explicó.

Asimismo, explicó que antes de los 12 años los niños son inimputables, es decir, no tienen ningún tipo de responsabilidad penal. A partir de los 12 años, existe responsabilidad especializada, con una fase previa de investigación y una audiencia de juicio, que deriva en una sentencia. Posteriormente, en caso de ser hallado culpable, se aplica una medida socioeducativa, que tiene objetivos más amplios que la rehabilitación social. Dicha medida se divide en dos: privativa y no privativa de libertad.

Para Coloma, hay una serie de factores que profundizan la vulnerabilidad de los niños y adolescentes, y que conlleva a que sean reclutados por bandas criminales, cada vez a edad más temprana. La deserción escolar, familias disfuncionales y la drogadicción, son solo algunos de los elementos que hacen que las organizaciones delictivas aprovechen para reclutar a este sector de la población, pues saben que tendrán una pena más atenuada que un adulto, en caso de ser capturados por la Policía.

Finalmente, reconoció que el trabajo que se debe hacer desde las instituciones educativas, precisamente para prevenir, mediante la contención emocional y la orientación, que más vidas se sigan perdiendo a causa de la delincuencia.

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